PSICOLOGIA INFANTIL
Los padres son usualmente los primeros en reconocer cuando un hijo tiene un problema emocional o de comportamiento. Aun así, la decisión de buscar ayuda o consejo profesional puede ser difícil y dolorosa, pues, en muchas ocasiones, se hace difícil saber en qué momento esto es realmente necesario.
Hay situaciones objetivas generales, que indican la necesidad de hacerlo:
- Siente que las cosas le superan como padre/madre.
- Su hijo es caprichoso y no sigue las pautas que usted le indica.
- La relación conyugal se ha tornado pobre y no hay un buen clima afectivo.
- Ud. ha vivido o está viviendo una crisis importante en la familia: pérdida del trabajo, mudanza de vivienda, cambio de escuela, muerte de un familiar o alguien allegado, una enfermedad grave, separación de su pareja, etc.
- Su hijo tiene problemas en la escuela:
– Cambios importantes en el rendimiento académico.
– Malas calificaciones en la escuela, a pesar de hacer un esfuerzo notable.
- Su hijo tiene malas relaciones con sus compañeros.
- Ud. castiga a sus hijos física y/o emocionalmente.
- Su hijo le castiga a Ud. física o emocionalmente.
- Su hijo es demasiado activo e inquieto. Hiperactividad, inquietud, movimiento constante, más allá del juego regular.
- Su hijo está deprimido, ha perdido interés por la vida o ha intentado suicidarse.
- A Ud. le preocupan demasiado los aspectos de la adopción.
- A su hijo le preocupa demasiado el tema de la adopción y Ud. no se siente capaz de tranquilizarlo.
- La conducta, personalidad y amistades del niño han cambiado de forma drástica; quizás exista un problema de alcoholismo o drogas.
- Ud. no se siente capaz o con fuerzas para encarar determinado problema.
- Mucha preocupación o ansiedad excesiva, lo que puede manifestarse en su negativa para asistir a la escuela, acostarse a dormir o participar en aquellas actividades normales para un niño de su edad.
- Pesadillas persistentes.
- Desobediencia o agresión persistente y conducta provocativa hacia las figuras de autoridad.
- Miedo intenso a tornarse obeso sin tomar en cuenta su verdadero peso al presente, purgar los alimentos o restringir el comer.
- Pesadillas persistentes.
- Amenazas de hacerse daño a si mismo o hacerle daño a otros.
- Comportamiento de infringirse heridas o autodestructivo.
- Arranques frecuentes de ira y agresión.
- Amenazas de irse del hogar.
- Violación persistente de los derechos de otras personas de forma agresiva o no agresiva; reto a la autoridad, ausencia a escuela, robos o vandalismo.
- Pensamientos y sentimientos extraños, comportamiento poco usual.