¿Qué pasa si llora?,¿ Y si no quiere ir, si se angustia mucho, que le ocurre a mi hijo?
La fobia escolar se define como la incapacidad parcial o total de acudir al colegio por parte del niño como consecuencia de un miedo irracional a algún aspecto de la situación escolar. Los síntomas suelen ser: ansiedad anticipatoria intensa, llanto, angustia que disminuye o desaparece si el niño no va al colegio, síntomas somáticos como cefaleas o manifestaciones gastrointestinales. Normalmente se suele diagnosticar fobia escolar en niños y niñas más mayores y cuando son muy pequeños se habla de ansiedad de separación.
La ansiedad de separación se caracteriza por un elevado nivel de angustia cuando el niño o la niña se encuentra lejos de sus figura de apego o de su hogar, pero no únicamente cuando acude al colegio. La sintomatología es muy similar a la de la fobia escolar. La escolarización aporta beneficios al niño no únicamente en materia de aprendizaje, sino también de socialización, de aprendizaje afectivo, maduración emocional, sin embargo la angustia que le supone al niño cada mañana es un síntoma que sería preciso valorar, ya que puede que haya algo del proceso del apego que necesite ser evaluado. Tal vez en estos casos sea necesario contactar con un profesional que pueda orientar más específicamente. Facilitar al niñ@ objetos de apego como un juguete o su mantita, y sobre todo cuidar el proceso de entrega y recogida en el colegio, son detalles que hay que cuidar mucho en niños pequeños.
Muchas veces las mamás o los profesionales asumen que esta dificultad está relacionada con que l@s niñ@s tienen altas capacidades, y se aburren, algunas características asociadas a las altas capacidades pueden ser: elevada motivación por aprender, creatividad, madurez mental, hipersensibilidad, disincronía mental y corporal, hiperactividad, perfeccionismo. Sobre la conveniencia de cambiar de curso a l@s niñ@s que presentan más capacidad no hay un verdadero consenso científico ya que mientras algunos profesionales lo defienden, algunas otras personas que estudian el tema, apuestan más bien por la atención diferenciada dentro del aula sin separarle de sus compañeros. En el caso de niños a los que emocionalmente les resulta difícil separarse de la familia y acudir al colegio, separarle de los niños de su edad y de su entorno conocido puede hacerle aún más complicada la adaptación.
Tomado de Fundación Eduardo Punset